domingo, 25 de diciembre de 2011

La cena de navidad


Desde temprano, a correr por las compras para preparar la cena. La abuela con sus secretos que me heredó hoy y con la ayuda de mi mamá fui la anfitriona para este año en la mejor cena de vísperas de navidad.
Me compré el vestido más lindo del almacén, rojo, diminuto, con una flor blanca a un costado unos zapatos de tacón negro súper elevados y unas medias de esas que tienen una línea atrás de las piernas.
Hoy vino mi tío desde España, con su esposa y mis dos primos. Después de las compras me quedó tiempo para ir al aeropuerto por mi novio que estaba trabajando en Estados Unidos, mi padre llega de trabajar tarde de la fábrica, mi madre está de vacaciones y me ayudó en todo, mi hermana menor fue la encargada de toda la decoración según asesoría de mi mejor amigo que también vino esa noche, acompañado de su novio.
Llagada la hora de la cena todos listos, tomamos vino. A mi abuela por poco y se le cae la placa en el postre y mi amigo que llegó vestido de Santa se puso demasiado borracho al principio y casi arruina todo, pero yo muy inteligente logré solucionar todos los percances. Mi familia insistió que hiciera lo del muérdago con mi novio, y reímos tanto cuando él me levantó de la cintura para colocar la estrella en la punta del árbol y se me vieron mucho los muslos. Fuimos tan felices en la fiesta de navidad, los chicos con mi primo el mayor, que por cierto siempre ha coqueteado conmigo reventaron unos cuantos cohetes después de la cena, a eso de las once treinta. Y mientras, los demás bailaban, mi novio y yo charlábamos en la terraza sobre nuestro futuro, juntos.  Y llego la hora de abrir los regalos, no sin antes tomarnos la foto.
Mi tío me trajo unos zapatos Dolce que siempre había deseado, mi  novio me regaló unos pendientes y en fin todos muy felices y contentos, a mi papá no le sorprendió que fuera una corbata lo que yo le regalara por que siempre le regalo lo mismo, y es que todas las corbatas que tiene se las he dado yo. Mi amigo y su novio improvisaron una escena con títeres y nos divertimos mucho hasta el cansancio y poder dormir todos juntos en la sala mientras cantábamos canciones viejas.


Me la pase muy bien en navidad, ha sido la mejor navidad, toda la familia reunida por la interpretación de un solo actor mientras sueña despierto.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Marguerite y Gustavo

« No se trata de un suicidio. Solo se trata de batir un record »
(Marguerite Yourcenar)
                      Y no se trata de un suicidio más, sino de un asesinato.
                    (Gustavo Solís)

A penas y estaba en el colegio. El menos vistoso de la clase, el que no tenia grupo, el que era raro y nadie le prestaba atención, se llamaba Gustavo Solís. Al otro lado, al frente, estaba la chica más guapa de la clase, su cabello largo y oloroso a flores, su nombre era Marguerite Yourcenar. Gustavo la veía con sus ojos tristes, y sus pecas tras las gafas resaltaban más con los rosado de sus mejías entre el lienzo de su piel blanca. Marguerite era morena e impecable y tenía muchos amigos. Gustavo no.

No hay nada que temer. He tocado fondo. No puedo caer más bajo que tu corazón.

Estando en una clase Marguerite necesitó ayuda de Gustavo.

Por mucho que yo cambie, mi destino no cambia. cualquier figura puede inscribirse en el interior de un círculo.

Con una gran alegría Gustavo prestó, inmediato, la ayuda a Marguerite. Ella muy satisfecha se enteró que existía Gustavo y lo invitó a un helado.

No darse ya es seguir dándose. Es dar nuestro sacrificio.

Desde aquel entonces comenzó una gran amistad. Gustavo no podía creer como la chica más guapa de la clase era su única amiga en el colegio. Con el valor que da el amor, un día Gustavo se arriesgó demostrarle con un regalo que siempre la había amado. Se presentó al colegio con una caja de chocolates. Todos se burlaron de él pero con la frente muy en alto la colocó en la mesita de Marguarite. Ella platicaba con sus amigas, al escuchar el escándalo, giró y se topó con un regalo en su mesa. Los calló a todos y aceptó con ternura el regalo que le daba su amigo. Disfrutaron de un día maravilloso. Ambos se comieron todos los chocolates hasta estar mareados de tanta azúcar, les dolía el estómago no solo de la comida, sino de la risas por lo bien que la pasaron.

Un niño es un rehén. La vida nos tiene atrapados.

Gustavo caminaba sobre las flores. Amanecía suspirando y soñando con su amor, su primer amor, su amor virginal.

Se llega virgen a todos los acontecimientos de la vida. Tengo miedo de no saber cómo arreglármelas con mi dolor.

Continuaron los días en los que el circulo de amistad de Marguerite se reducía a Gustavo. Marguerite había descubierto en Gustavo lo que los demás niños y niñas no tenían. Su percepción del mundo. Compartía muchas de las frases que solía usar Gustavo. Ambos amaban a Shakespeare y les encantaba releerlo juntos, comentarlo y ver películas sobre él.

En el avión, cerca de ti, ya no le tengo miedo al peligro. Uno solo muere cuando está solo.

Después de mucho tiempo, y de tantos regalos, Gustavo estaba decidido a darle un beso, no sin antes confesarle todo lo que sentía a través de una hermosa y larga carta de amor que más parecía un poema desplegable. Ese día llegó temprano al colegio. Marguerite no había llegado aún. La esperó impaciente. Cuando vuelvo a verte, todo se torna limpio. Acepto sufrir.

Sonó la campana de ingreso a clase, cuando apareció con sus compañera que desde hace mucho no frecuentaba por que rechazaban a Gustavo. Pensó Gustavo que, al pasar de largo Marguerite y no saludarlo, era quizá porque se había peinado esa vez y que no lo reconocía.

No hay nada más sucio que el amor propio.

Todos estaban listos esperando a la maestra. Gustavo se dirigió como la primera vez a la mesa de Marguerite y le colocó la carta en su mesa. Marguerite no tardó en darse la vuelta y la apartó hacia la esquina, casi cayéndose. Gustavo son su risa nerviosa y ante los ojos silenciosos de los demás, empujo nuevamente la carta, hacia el brazo de Marguerite. Ella giró con brusquedad y le dijo – ¡No! – empujando a la vez, el papel.

No hay amor desgraciado: no se posee sino lo que no se posee. No hay amor feliz: lo que se posee, ya no se posee.

Pasmado, Gustavo, abrió sus ojos preguntando qué le pasaba. Ella volvió con sus amigas ignorando por completo la presencia de Gustavo. La piel blanca de Gustavo se puso colorada de la vergüenza, por primera vez sintióse de verdad solo.

El amor es un castigo. Somos castigados por no haber podido quedarnos solos.

 – Marguerite, qué pasa – balbuceó Gustavo. Con unos ojos quemadores Marguerite puso punto tomando la carta y poniéndola en las manos de Gustavo, viéndolo a los ojos le dijo: – Gustavo, no -

¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti.

Gustavo no se quedó a la clase, tomó sus cosas y se marchó. Camino a su casa que quedaba muy lejos del colegio, lloró amargamente, pensando por qué su Marguerite reaccionó de esa manera si eran los mejores amigos. Caminó tanto, no deseando llegar a su casa, sino al fin del mundo. Cansado calló junto aun árbol y ahí lloró toda la mañana, todo el medio día, toda la tarde…

Hace seis días, hace seis meses, hizo seis años, hará seis siglos… ¡Ah! Morir para detener el Tiempo…

Entrada la  noche regresó a su casa siguió, mojó la sábanas de lágrimas toda la noche. Sus padres creyeron que estaba enfermo y por eso se ausentó. Reflexionó Gustavo y al tercer día volvió a clases.

Se dice: loco de alegría. También podría decirse: cuerdo de dolor.

Silencioso otra vez, volvió al colegio. Nadie se percató de su ausencia, ni siquiera que había vuelto. Se sentó de nuevo en el mismo pupitre de atrás y apretó muy fuerte la madera cuando Marguerite entró muy alegre con sus amigas y se sentó en lugar de siempre. Comenzó la clase, pasaron los días.

Todo, para todos, continuó igual.

Después de todo Gustavo siguió con su vida habitual, amando a Maguerite en secreto, naturalmente como lo había hecho, como lo seguiría haciendo toda su vida y cómo la recordaría el día en que escribió estando ya muy mayor, lo siguiente:

Aún me queda una sucia esperanza. Cuento a pesar mío, con una solución de continuidad del instinto: lo equivalente, en la vida del corazón, al acto del distraído que se equivoca de nombres y de puertas. Te deseo con horror una traición de Camilo, un fracaso junto a Claudio y un escándalo que te aleja de Hipólito. No me importa cuál sea el paso en falso que te haga caer sobre mi cuerpo.


viernes, 16 de diciembre de 2011

En un bolsillo del pantalón


En un bolsillo del pantalón
Hagamos nuestro Génesis.
Con los tablones rotos.
Con los mismos ladrillos,
con las dormidas piedras,
levantemos de nuevo nuestros mundos.
La página está en blanco: “En el principio era...“.
(Gerardo Diego)


Después de mi Performance: Antonia, me dí cuenta de lo mucho que he utilizado mi memoria emotiva, colaboró para la creación de las circunstancias, de cómo la adaptación y el ajuste nunca fallaron en el conflicto, de cómo, de repente todo se vuelve solo una excusa para hablar de mil cosas más, tan grandes y profundas, y de cómo a veces es necesarios retornar en vez de avanzar, ¿por qué no?, para descubrir hacia donde uno se dirige de verdad. - Cuando se pierde la dirección a donde uno se dirige, lo más recomendable es ver dentro del bolsillo -y leer la dirección nuevamente (encontrar lo más tierno, sincero y honesto que todavía perdura), ya que lo escrito, escrito está y es lo único que existe y nos recuerda, lo único que nos importa, lo demás es puro invento.


Esta es la dirección:
Una cinta, una taza, un zapato, un avión, un avión que conoce su destino - su pista, una  lámpara, reloj, lápiz, tinta, polvo, moneda, tijera. Tijera para cortar papel, tela, cabello… y piel. Pegamento para pegar papel, tela, cabello… y piel. Madera, plástico o de vidrio. Refrigerador que se abre y se cierra al ritmo de la música, la cocina con sus quemadores lista, la mesa, el plato, el ventilador que se mueve al ritmo del corazón. La cama que siempre espera con sus brazos de sábana y algodón, la  silla, la chapa, el pestillo, el pestillo de la chapa, el pestillo de la chapa de la puerta, un espejo, el perchero, la maleta, el estante, el tapiz, el cuadro, los discos los libros, la alcancía, la botella, la carpeta, la máscara, la plancha, el hilo, la bolsa, la carta, el teléfono, cualquier cosa, esa es la dirección, ahí está el punto de encuentro.
…En cualquier cosa estás tú…
En cualquier cosa está  Antonia
Y yo?
Aquí.









domingo, 11 de diciembre de 2011

DÍAS EXITOSOS



Una semana llena de mil cosas, trabajando para varios proyectos, estrenar mi performance, conocer gente, tratando de terminar la U, escribir mucho, etc.
Cuando al terminar una dura jornada de trabajo con el Ballet, un poco enfermo, adolorido y cansado.
Venir de Santa Ana a las seis de la tarde en el bus especial, en un asiento de dos personas, yo solo; muevo  un poco la cortina de mi ventana, con ganas de dormir y* veo  tras el vidrio tantas luciérnagas artificiales de los pueblos intermedios que podrían por lo menos dar una alegría artificial pero son opacadas por una hermosa luna llena que, ahí fuerte a frente, en todo el amargo camino, llora conmigo lo mal que la estoy pasando.

*y qué se puede hacer. Son días exitosos…


lunes, 5 de diciembre de 2011

al perder una agenda, esnifar una sábana

Esnifar en diciembre +perder la agenda

Crea de repente un sentido más caótico del cotidiano los planes se vienen abajo cuando de repente he sentido tan largo todo que todo me queda tan lejos la pureza del efecto crea un efecto perturbador alcohol tabaco barbitúricos benzodiazepinas hachís nitratos y bananas*  todo pierde su fecha su tiempo su raíz se vuelve olvido y no hay ni siquiera hojas en blanco para todos los etcéteras  de mi vida la señora barrera se acerca y se ve tan grande hola señora Barrera cómo ha estado quería preguntarle muchacho cómo se siente si ahorita mismo puede decirme si usted es el sujeto el individuo se siente sustantivo no no no yo soy quiero ser yo un adjetivo una preposición un pronombre simplemente no no no yo soy  ► : ♪♫♪ quiero ser una circunstancia de qué hijo circunstancia de tiempo de lugar de cantidad de estado de modo de compañía o de instrumento todas las circunstancias en la lista quiero ser solamente en un párrafo de po cas pa la bras y de po cas i deas y de p o c a s simplemente una lista de cosas que hacer en una agenda que quisiera recuperar
s
  u
     s s s s t a n c i a s
u n a   s  e  r  I  e
d e
c            i          r           c          u         n          s          t           a          n          c          i           a          s
por lo menos tener circunstancias…por lo menos escritas por cumplir…

* De repente siento que todo se vuelve más largo, más lejano, que me quedo en un espacio vacío y arenoso después de haber esnifado tanta sustancia y alejado un poco (al menos) del dolor, apretar fuerte la cama es solamente un reflejo de vacío que provoca la lista de cosas en la agenda que terminan perdiéndose en no sé dónde.
- SRA BARRERA: Aló muchacho que no piensa venir a tomar su puesto en la oración
-  YO: Lo siento me quedé dormido, es que…