lunes, 28 de mayo de 2012

El teatro del espejo ¿qué clase de persona eres?




En homenaje a la película Persona de Ingmar Bergman aún sin haber visto, de él mismo, Como en un espejo. Y a pesar de que, en Hamlet ya existía el “teatro dentro del teatro” establecido oficialmente más tarde como una característica estética del teatro de entre guerra especialmente en Italia. Teatro  dentro del teatro, teatro dentro del cine, meta-teatro (a pesar de Chéjov), meta-cine (Bergman y Godard), persona con personaje y personaje con persona y personalidad con identidad y realidad con ficción y…

-          El Padre:      Para mí, todo el drama está en el convencimiento de que cada uno de nosotros
cree ser siempre el mismo. Y somos uno distinto, con cada persona nos hacemos la ilusión de ser siempre el que creemos ser. Nos equivocamos…”
-          El hijo:          ¿Pero todavía no se han convencido de que no pueden interpretarnos? ¡Sus
Actores, solo ven nuestra apariencia! ¿Creen ustedes que se puede vivir delante de un espejo que, no contento con apoderarse de nuestra imagen, nos la devuelve tan ridículamente desfigurada que nosotros mismos no la conocemos?
(Seis personajes en busca de un autor)

                                                                                                                                              …espectador con actor, y cine con la realidad y realidad con el cine, el cine con el teatro, teatro con el cine, el actor con el director, el director con el actor, el director con el cine y con el teatro. Lo teatral del espectador, el director y el actor grabados por una cámara. La vida del actor con su personaje y su personaje creado a partir de su vida, y los personajes no son personajes sino la vida de los actores, y los actores en los personajes, la vida de los espectadores, la realidad con la ficción (Lope de vega y Calderón de la Barca) ¿qué clase de persona eres?. La vida es sueño y el sueño invade la vida, la fotografía y el despertar. Pido perdón por confundir el cine con la realidad (L. E. Aute)… ¿Eres persona, o, solo un personaje que está siendo muy mal interpretado por el actor que eres?

Orestes, que ha llegado a tierras de Argos con su amigo Pílades, dispuesto a cumplir la venganza que le impone el mandato de Apolo, se encamina a casa del labrador, donde ha oído que mora su hermana. Presentándose ante ella como un amigo viene a traerle noticias de su hermano. Éste acude a un aciano para pedir provisiones y trae una inquietante noticia para Electra: en la tumba del Atrida ha encontrado un cabrito degollado y un bucle de rubios cabellos. Y es en ese momento en que Electra planea la venganza. La actriz gira frente a la cámara, sobre el teatro y con la luces de fondo; es Electra manifestada en el rostro de Liv Ullmann (Actriz de Persona) cuando se entera que ella, no es ella sino Electra y Electra no es Electra sino ella [en mitad de la obra se quedó en silencio y miró alrededor sorprendida, pareció callada durante un minuto… después se excusó diciendo que no podía contener la risa], y su Deus ex machina viene a continuación vestida de blanco: Alma, su alma (Bibi Andersson).  Ahora su Deus ex machina no es como en Electra, sino el silencio y la ausencia, la inexistencia, la brutalidad y la imposibilidad. Dejar de Actuar para vivir. Se encuentra con su yo en un aislamiento y el descubrimiento de qué clase de persona es, o pretende ser. 

“Cuando uno vive, vive y no se ve. Ahora bien, haced que se vea en el acto de vivir, presa de sus pasiones poniéndolo frente a un espejo: o queda atónito o desconcertado ante su propio aspecto, o desvía la mirada para no verse, o, indignado, escupe a su imagen, o levanta aireadamente el puño cual si fuera a destrozarla. Y si lloraba, ya no puede llorar y, si reía, no puede ya reír. De esto deriva a la postre, forzosamente, una desventura. En tal desventura consiste mi teatro”.                                                                                                                          
 (Luigi Pirandello)

…Y tenemos ante nosotros los dos rostros el de Bergman y el de Pirrandello…el de Elizabeth Vogler y la hermana Alma, el de Liv Ullmann y Bibi Andersson y el del niño y el mío, el espectador. Tenemos el espejo. Porque, cada ser es uno sino muchos. No somos ininterrumpidamente los mismos; somos “Upocrites” es decir Actores, el que se esconde tras la máscara, como significó el término en vocablo griego.

martes, 22 de mayo de 2012

...como un día de enero



Camino nuevamente. Pasaron por aquí con sus sensores. Se arrastraba, ligada, intencionada, pútrida una vaca en la ciudad. Tres personas corren por las calles, desesperadas. Una de ellas cae, es un niño y nadie se detiene a ayudarlo, los otros dos siguen sin parar. El niño mira el cielo con su iris fijo. No hay sol. No sé dónde estoy y la neblina no deja ver horizontes. El  suelo  está húmedo y hace calor. No hay más árboles. Queda el esqueleto de un pájaro carpintero que nunca logró hacer un hoyo en una farola. Huele a moho. Hay varias manchas  de sangre en los parques, en las aceras. Incontables son las cárcavas como cráteres. Un cable eléctrico tira chispas. El bulevar silencioso y algunas máquinas de los juegos de niños, en los centros comerciales, todavía se mueven y hacen su musiquita de Disney. Otra máquina que pesaba a las personas, habla diciendo: bibibienveeeenido, coooloca una moneeee, biiiieeeenveni colooo, biiien bieeeen nedaaa cooolomoneda. Los cajeros, las luces, los parlantes, los anuncios y los semáforos están apagados. Vidrios rotos, unas cuantas cucarachas y maniquís intactos, humo, humo, humo. Alguien grita. Disparos como si fuera el primero de enero. A lo lejos también, se ve que algo brilla, es una botella de vidrio. Hay edificio más alto que yo. El volcán tiene una rajadura hirviendo y las casas se han ido bajo tierra.  Un día, me acosté temprano, a la mañana siguiente no había luz y olía a pollo quemado. A salir de mi casa vi las llamas de una montaña de personas. Eran ellos. Dormí demasiado. Me hace falta un ojo y mi pierna derecha es mecánica. Este día me levanté temprano nuevamente y, camino buscando tu casa, te busco. Sé que vives, solo lo sé.