domingo, 24 de marzo de 2013

Un intento leve

A veces las cosa no van muy bien. Y ni siquiera la sintaxis está a favor.
Se juntan un montón de nudos de garganta.
Brotan espinillas donde no te lo imaginas, y duelen peor que en otros lados del cuerpo. Te hacen ver feo.
A veces te falla el botón de encender.
Se te termina la pasta de dientes, te toca con el enjuague nada más. Pierdes el cepillo ¿dónde está el maldito cepillo de dientes? Es muy importante cuidarse los dientes.
Tu muela cordal salió hace ratos y ahora te muerdes sin querer.
Siempre has tenido panza que te hace ver mal y ahora ha crecido mucho más.
Ves más porno que nunca.
Te depilas por primera vez las piernas con una afeitadora.
Comes rápido.
A veces, cuando las cosas no van muy bien, sientes que constantemente tropiezas. Pareciera que no manejas muy bien los zapatos.
No descansas.
Siempre estás pendiente de las redes sociales, en especial el Facebook.
Siempre hay alguien con quien hablas mucho y nada (los mejores amigos del mundo pero nunca nos abrazamos)
Esas veces se están convirtiendo en rutina.
Te desvelas escuchando música de Janis Joplin.
De repente te entran una ganas enormes de desnudarte, de emprender locura.
De tirarte.
De coger con quien siempre has querido pero que nunca se ha podido.
De visitar a tu abuelo que vive lejos y quedarte un día con él, que te cuente quién es.
Dan ganas de dormir mucho tiempo, como tres días.
Pero lo que hacés es emborracharte hasta el vómito que te representa y te devuelve la conciencia.
A veces pierdes a un ser amado. Borras poco a poco su foto mojando un paño con saliva y lágrima.
Mucha gente sin comida, sin internet, sin saldo, sin zapatos.
Mucha gente tiene mi edad y se queja, tiene crisis, se frustran, les da miedo llegar a los treinta.
Acongoja no tener amigos, hermanos, padrinos, hijos con quien joder y a quien extrañar.
A mi no me pasa todo esto, no me siento así. Yo soy feliz, yo tengo lo que quiero lo que siempre he querido.
Bueno, no todo. Quizás...
                                       solo a veces, hay un leve, muy leve intento de escribirle un papel, dejarlo bajo su puerta:
Hola, estoy vivo todavía.