lunes, 24 de octubre de 2011

DOMINGO DE ORDEN


Domingo de orden: encuentro, entre tantas cosas, con una foto cuando soñaba con algo más o menos parecido a lo que tengo hoy (dicho, sin ningún matiz de orgullo).
Hace algunos meses que me mudé de casa, porque quería hacer un cambio en mi vida y hasta hoy ordeno y limpio un espacio donde guardo quizá no lo más valioso, pero si, cosas muy significativas. ¡Qué bonito es limpiar! porque uno recuerda cada cosa con cada uno de los detalles, muchas de esas cosas tienen polvo, se limpian y se vuelven a guardar, otras simplemente se botan, como en  la vida misma. Esta son algunas de las cosas encontradas, que por ahorita pienso dejar todavía y otras que, no menciono porque se van a la basura. Y aprovecho para invitarlos hacer limpieza en sus gavetas también…
Libretas pautadas de mis clases de música, mi primera agenda y todas las que he tenido, mi primera libreta de ahorros, algunas facturas, cuadernos de clases, discos de música, de fotos, de videos, de porno, entre ellos un disco de carbón de Chaikovski; libretas de apuntes, de ideas y poemas, citas de autores, números de teléfonos; fotos de mis primeras presentaciones de teatro con muy mal  maquillaje (muy mal todo), foto de la mi graduación de bachiller, foto y reportaje de mi primer premio literario, notas que nunca debía olvidar, cosas que hacer en la vida antes de morir,  como mi check-list sexual y mi check-list de países a visitar y mi check-list de comidas y licores, cantidades de diplomas, mi primer carnet  de promotor cultural, la primera y única vez que modelé para  una revista, la única foto que conservo en una revista  de mi primer amor; una foto sentado en la fuente del Palacio Municipal de Santa Ana con amigos que extraño  mucho, muchísimo (de izquierda a derecha, Felipe, Jesica, Silvia, Evelyn, Adriana, Yo y Julio); una nota muy poética sobre mi espectáculo de graduación como Actor, una foto de una revista donde aparecí desnudo y no me avisaron lo cual me sigue molestando porque se me ve todo el pito; la invitación a mi primer espectáculo“amateur” y la invitación a mi primer espectáculo "profesional”; tarjetas no entregadas de mi antepasado cumpleaños con los respectivos nombre de los invitados; unos juguetitos, un soldadito, una conchita, una cajuelita, una nota, un pedacito de tela; separadores de libro que siempre me gustaron, mi primera declaración de renta, muchas tarjetitas kitsch de esas que venden en los buses con sus respectivas dedicatorias, dos sobres con cartas que nunca entregué, y que nunca las entregaré; mis primeros colores, los que me compró mi papá y que nunca he vuelto a ver en tiendas; un papel de regalo, color azul, donde venía un libro de Tennessee; una llave, un sobre de cartón, que era un regalo compartido donde venían dos libros; la factura de mi primera plancha, por eso de las garantías (aunque ya está vencida); la factura de mi último celular, y la factura del último chip que me regalaron, una foto en México, una concha de las playas de Nicaragua, un pito de Guatemala, una tarjeta navideña, un lanza burbujas, el lapicero que un niño me regaló, de los que él vendía y que me hizo llorar en un comedor del centro; tarjetas de invitación, la bolsa de los lentes de  mi primer película 3D, un par pestañas postizas, un tirro de corazoncitos, la bolsa de mi grabadora de periodista; un pulmón (un aparato que se adapta al inhalador) para emergencias por mi asma, un pedazo de billete de dólar, una carta de amor de tres páginas, donde al final hay un post data, que dice: y burbuja; un broche, unos lentes, monedas, unos billetes de mentira, la tarjeta de los Narigudos una obra para niños, el Carnet de un Clínica, un libro que ni me acordaba que lo tenía, un preservativo, un hilo rojo que prometí no quitarme;  una lupa, la factura de un restaurante, una pajilla con forma de pene, una flor seca, un anillo, poemas míos y de otras personas, una bolsa de papel que tiene una  gran G rosada algunos, botones, una manta y un pincel.

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